Corazón perdedor

¿Quién podría quererte
como estás ahora?
Maltratado, engañado,
impuro, arrepentido.

¿Quién quisiera cuidarte?
Esperar a que sanés
o a que estés listo
para intentar otra vez.

¿Quién vería algo bueno
en vos y en tu pasado
o en algún futuro,
o juntos, a tu lado?

¿Quién llenaría un vacío,
dentro de su corazón,
con otro igual de roto,
solo y solitario?

Yo.

Corazón ganador

Sabes exactamente lo que quieres,
te esfuerzas a diario,
te inventas caminos.
Y por eso duele tanto perder.

A ganar te acostumbró la vida,
a ver las recompensas
y recoger victorias.
Sí, pesan tanto las manos vacías.

Llenas de alegría tu rostro a diario,
con ese magnetismo,
tan contagioso y tuyo,
que oculta la soledad y sus penumbras.

Resplandecen tus logros y tus premios,
y todas esas cosas
que todo el mundo ve.
Pero no te sientes reconocido.

Y es que, aunque seas un ganador,
seguro de ti mismo,
y envidiable por muchos,
no dejas de ser, un corazón vacío.

La imaginación de un corazón

Te aprovechás, de noche, mientras duermo
para contar historias en mi sueño.
Para sacar tu lápiz y dibujar
los planos y planes de tu ideal.

Me despierto y ya me esperás
para ayudarte a pensar cómo lograr
las cosas que nos creés convenientes ya,
los escenarios donde nos viste ya.

Y a todo esto, tan genuinamente,
esperás que también sienta lo mismo.
¿Y si no es así, corazón, qué haremos?
¿Si no es así, qué pasará con los dos?

Te imaginas escenarios, corazón.
Te imaginas un futuro esperanzador.
Y tu optimismo se olvida del dolor
que causarás si estás en un error.

No te cansás ni descansás en tu afán
porque, sin tener de pensarlo tanto,
sabés muy bien qué te hace palpitar,
sabés que no tenés nada por perder.

Y a todo esto, tan genuinamente,
ya espero también que sienta lo mismo.
Porque me dejé llevar por tus alas;
me dejé llevar por tu imaginación.

Y probó y probó

Tomó la guitarra entre ambas manos
pero no conocía ni un acorde.
Entonces tomó un trozo de papel
pero no sabía de poesía.

Probó con arcilla, un pincel y un cincel.
Probó el canto, el teatro y hasta el baile.
Decidió entonces probar con el corazón
y fue justo así, cómo la enamoró.


Esta es la historia del día 11 de #The100DayProject y mis #100HistoriasCortas. Aquí está la historia del día 10.