Tiempo, tiempo, tiempo

Ella pertenece a sus abrazos;
firmes y seguros, puede ser ella. 
Él pertenece a los besos de ella,
labios con sabor a dulzura y paz.

Celebran juntos este buen presente,
caricias que esta buena vida les da.
Presente que pertenece a los dos,
aunque, por hoy, tenga más de un sabor

Sueñan con un buen futuro lejano,
futuro que pertenece ya a los dos,
caricias que la vida les guardará
mientras su presente no lo sea más.

Porque el tiempo, tan injusto como es,
no le pertenece a ninguno hoy,
les hará esperarse uno al otro,
y por ese buen futuro de los dos

Y ella cantará una canción de amor
cada noche que lo extrañe y quiera abrazar. 
Y él cantará una canción de soledad
cada noche que esté lejos y quiera paz.

Y cuando el futuro sea el presente,
entre besos y abrazos y cantarán
una canción de amor y felicidad,
una canción que pertenece a los dos.

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Desde la buhardilla de su casa

Sostenía una taza con café caliente entre sus ajadas y suaves manos. Eran las cuatro y estaba en su habitual rincón: la tranquila buhardilla de la casa.
El sol le acompañaba ya y le compartía, con sus últimas fuerzas del día, un poco de calor. Esas tardes al final de octubre eran frías.

Entre sorbo y sorbo y a través del cristal, observaba a la gente en las calles. Recordaba cómo era andar con prisas, cómo era andar con el ceño fruncido y cómo era luchar contra los demás por llenar un espacio en el mundo.

Terminó su café como cada día, y, como cada día, comparó las situaciones: cada hora parece eterna cuando no tienes mucho qué hacer, debes vestir siempre una sonrisa para no alejar a los demás y en vez de luchar contra los demás, luchas contra ti mismo, contra tu propio cuerpo para poder llenar un espacio en el mundo.

Escribiendo cuentos

Cada vez que te busco, no te encuentro.
Y quiero compartir con vos cada momento.
Sé que es culpa mía todo el destiempo.
Pero es el trabajo, amor, lo siento.

Y miro a mi lado, mientras te cuento…
Pero no estás allí y me doy cuenta
que me tengo que aguantar hasta la cena
para poderte contarte gozos y penas.

¿Dónde estás amor, decime ya?
Ya no aguanto estar así.
Quiero derribar esta pared
y que estemos juntos todo el tiempo.

Y es que por más que te busque y te busque,
no te puedo encontrar y mantenerte cerca.
Y es que no me alcanza el corto tiempo
para estar con vos escribiendo cuentos.

Prometeme que te vas a quedar,
aunque te tenga que esconder aquí.
Pero por favor ya no quiero ahogarme
en esta sequía de tu ausencia.