Ángel de la Guarda. Capítulo IV

Uno o dos segundos de oscuridad total y un temible frío con origen en mis pies. Estoy despierto nuevamente y consciente que estoy en un hospital. Intento abrir los ojos pero lo mejor que pueden hacer es quedar abiertos a medias; mi visión totalmente desenfocada e incapaz de quedarse quieta. Logro identificar la silueta de un doctor, o un enfermero y, como puede, mi boca arrastra el enorme peso las palabras “Tengo frío”. Cierro los ojos nuevamente mientras siento que me cubren con una frazada pesada y que eventualmente será caliente también. Mis hombros me duelen pero logran cruzar mis brazos sobre mi pecho y aseguran con sus escasas fuerzas a la frazada.

Mis oídos perciben sonidos que deduzco son palabras de los presentes pero mi cerebro no puede procesarlas del todo. Logro entender perfectamente que alguien dice “Segundo accidente. Cualquiera lo tomaría como una segunda llamada.” Ante la claridad de las palabras, mi ceño se frunce y mis ojos llegan nuevamente a medio abiertos. Busco la fuente de dichas palabras que me parecen incluso burlescas y creo ver al fondo de la sala a otro doctor con su uniforme verde sentado sobre algo —una mesa—. A pesar de no poder enfocar bien la mirada, juro que le vi sonreír.

Mis ojos se cierran nuevamente.

Cerote. Sigue leyendo «Ángel de la Guarda. Capítulo IV»

Anuncio publicitario

Ángel de la Guarda. Capítulo III

Estoy esperando a Karen sentado bajo el sol de una buena mañana de sábado. Ella insistió en que no era necesario irla a recoger a la universidad porque vendría con sus compañeros. De todos modos, son solo tres kilómetros de la Universidad de El Salvador hasta Metrocentro; unas tres o cuatro paradas en microbús.

Veo la pantalla de mi teléfono, mi iPhone 3 que conseguí usado y cumpliendo la regla de las tres B: Bueno, Bonito y Barato. Diez de la mañana con cuarenta y ocho minutos. Sábado diez de julio de dos mil diez. Lo desbloqueo para cambiar la canción pues en estos momentos no me siento con ánimos de escuchar a Korn. Presiono un par de veces la pequeña flecha de Siguiente. Creo que todos tenemos esas canciones que nunca escuchamos pero que tampoco borramos del teléfono. Al fin encuentro algo pasable, algo más tranquilo para la pequeña espera que estoy haciendo; Crema de Estrellas de Soda Stereo.

Karen dijo que su reunión terminaría a las diez y media, por lo que debería llegar en cualquier momento. Para mientras, me distraigo viendo a las personas alrededor. Es sábado, la mayoría de estas personas vienen a realizar los mandados que no pueden realizar entre semana. Unas cuantas familias a pasar el rato. Uno que otro bicho esperando su novia —igual que yo— y otros que quizá solo tienen que pasar por acá para abordar otro bus. Sigue leyendo «Ángel de la Guarda. Capítulo III»

Los expertos políticos de hoy en día

Días como ayer (elecciones de alcaldes y diputados) me recuerdan el por qué, en algún momento, abandoné mi fase de seudo pensador y decidí mejor quedarme solo con mi fase de seudo escritor — escritor de historias y demás.

Todos tenemos nuestros puntos de vista, todos tenemos nuestro de derecho a expresar nuestras opiniones, y díganme si las redes sociales no nos ponen una alfombra roja para hacerlo. Lo que no todos saben o consideran es que al final, estas se basan en nuestra menuda experiencia. Al no darnos cuenta de esto, caemos en el absolutismo y en la generalización. Sigue leyendo «Los expertos políticos de hoy en día»