El sol de una tarde entra en silencio,
por la ventana, a mi interior.
Un destello de fragancias y aromas que
inspiran toda mi fría piel.
La tierra verde observa con ojos claros.
Y el aire no para de cantar.
Y las estrellas ven como poco a poco
desaparece mi exterior.
Y las nubes lloran porque no hay amor;
mas destrucción y desolación,
es lo que pueden ver y sentir sin querer.
Sin querer.
La luna cubre y acaricia mi cuerpo;
va directo a mi alma.
Los árboles no comprenden lo que ven aquí…
Tampoco lo que no pueden ver.
Y un grupo de animales alrededor de mí.
Estamos dispuestos a luchar.